
Uno de los más importantes misterios de la antigüedad es la existencia de un pueblo que ha mantenido durante siglos un conocimiento complejo sobre el universo, en especial de la existencia de
la estrella sirio de donde supuestamente vendría una
civilización altamente desarrollada que los contactó en el pasado. Según una tradición oral, llegaron a
Mali hace unos 600 años y construyeron las casas en los acantilados para protegerse de los ataques de las tribus que ya habitaban la región. Según la tradición del pueblo
Dogon, hace cerca de mil años llegó hasta la zona de la meseta de
Youga Dogurou a plena luz del día una estrella muy brillante a la que llamaron “
ie-pelu-tolo”: la estrella de la décima luna. Este objeto estaba cubierto por una
luz muy rojiza que ellos relacionaron con la sangre. Luego de esta gran estrella salió una segunda que giraba sobre si misma,
tenía gran tamaño y emitía un ruido ensordecedor. Lo curioso es que al llegar a tierra, esta estrella ya no tenía forma circular, si no que parecía una
gran cesta o pirámide de base cuadrada (como el objeto que relata la profecía de Chimai), y en cada una de sus caras se abría una escalera de
seis peldaños. Su color cambiaba de rojo a blanco brillante. La gente salió corriendo ya que el aterrizaje de esa “arca” había generado mucho temor en ellos. De
ie-pelu-tolo habrían bajado ocho entes “
di-tigi” que poseían cuerpo de pez, aunque algunas tradiciones mencionan algunas
características de serpiente. Poseían
40 dientes muy afilados, lo que explica por que antiguamente los dogones se los afilaban. El contacto con estos seres que supuestamente eran sagrados, generó un acercamiento del pueblo
dogon, con una gran cantidad de conocimiento del universo, el cuál hasta nuestros días no puede ser explicado de manera racional. Dentro de la información vertida por los Nommos a las tribus dogones, es la existencia de la estrella Sirio, de la cuál ellos provenían. “
Sigi Tolo” es el nombre que le daban al cuerpo más brillante del firmamento y según estos seres era la estrella de la fundación. Lo curioso es que no la presentaban sola, ya que aseguraban que era triple, es decir eran tres estrellas alejadas unas de otras. La astronomía en esa época no tenía noción de una segunda estrella en Sirio, y menos de una tercera. Recién en el año
1995 los franceses
Diventy y Benest descubrieron un tercer cuerpo en el sistema de
Sirio. Según los dogones los
hombres peces le hablaron de
Sirio B como “
po tolo” y le afirmaron que era un estrella pequeña pero de una masa muy pesada llamada “
sagala”. Por primera vez, en el año
1.862, el astrónomo americano
Alvan Clark logró ver en la estrella de
Sirio, que no era sólo una,
sino dos estrellas. Luego esta la estrella
Sirio C a la que conocen como “
emme ya” y sería cuatro veces más liviana que
Sirio B, tendría un satélite girando a su alrededor al que llaman “
nyan tolo”: la estrella de las mujeres. Su órbita es de 50 años, lo que coincide con la fiesta del “
Sigui”, la que se celebra para recordar la llegada de los dioses de
Sirio (según la ciencia oficial sus cálculos se estiman en la actualidad en 50,040 años).A pesar del aislamiento en el que vive este pueblo y la poca cultura que reciben de la civilización, la información que manejan de ciertos temas cósmicos es realmente increíble, sobre todo teniendo en cuenta que los dominan desde hace muchos siglos. Los dogones
sabían de la estructura espiral de la vía láctea, y manifiestan que
existen más de mil millones de sistemas solares igual al nuestro en el universo. También conocían hace muchos siglos a
Júpiter y sus cuatro satélites interiores, a Saturno y sus anillos. Incluso hablan con mucha autoridad de la
Luna, presentándola como un astro muerto a diferencia del Sol que es la manifestación más importante de vida en nuestro sistema.
Plantean que nuestro sistema no tiene nueve planetas, si no que once, además de la existencia de un solo Dios omnipresente al cuál llaman “Amma”.
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