Sudan del Sur, que cuenta con la mayoría del petróleo subyacente en ese territorio, atacó la semana pasada la región de Abyei, para apropiarse de los campos petrolíferos de Heglig. Esto provocó de inmediato que el presidente de
Sudán,
Omar al-Bashir proclamase
el estado de guerra. Aunque no existe una declaración formal,
Bashir dijo a sus tropas en un acto, que emprendía el viaje a
Juba, capital de
Sudán del Sur. El jueves,
Bashir describió la lucha contra
Sudán del Sur como el comienzo de la Yihad, o guerra santa. Estas declaraciones pudieron ser realizadas para endurecer la moral del ejercito sudanés, de los cuales la gran mayoría son musulmanes, aunque también podría tratarse de una llamada de
auxilio hacia los musulmanes de todo el mundo. Muchos musulmanes consideran que la
yihad es un esfuerzo colectivo, donde cualquier país musulmán bajo amenaza debe ser defendido por cualquier fiel musulmán, que luchará en su nombre.
China, que tiene negocios petroliferos con
Sudán, y
negocios armamentísticos que están siendo investigados por la comunidad internacional, también prestaría apoyo a la causa sudanesa, ya que esta tiene un consorcio de empresas extractoras a lo largo de la frontera entre
Sudán y Sudán del sur. Lo que estamos presenciando ahora por lo tanto, podría ser el comienzo de un conflicto mas amplio, ya que
Sudán del sur cuenta como aliados con
Kenia y Uganda.
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